Mi hermano entra en la cocina desperezándose y bosteza con la boca tan abierta como si quisiera tragarse al universo. Lleva puesto un calzoncillo verde con lunares anaranjados. - ¿Por qué no me avisaste que había llegado postal de papá y mamá? -lo encaro, blandiendo la postal en el aire. - ¡Si no estabas en casa! -contesta mientras riega la maceta de pensamientos que está debajo de la ventana con un vaso de agua. -¡Sí que estaba! -protesto. Pero mi hermano ignora mi protesta. Agarra al azar una bandejita de comida china, clava adentro unos palitos de madera balsa, prueba y aprueba. Luego se acerca a Ivana, que permanece sentada junto a la heladera, y ambos comienzan a besarse en la boca, con las bocas llenas de comida. Puajj!! Antes de seguir presenciando semejante espectáculo, manoteo un par de arroyaditos primavera y me interno nuevamente a la cápsula espacial de mi cuarto.

¿Acaso no fue en el paraíso de las islas Fiji donde un bombardero Valiant XD824 arrojó en 1957 una bomba nuclear para probar sus efectos megatónicos?

Tomo la postal en mi mano y observo la fecha: 2 de julio. -¿Porqué no me avisaron que había llegado esta postal? -exclamo extrañado. -No teníamos idea de que estabas en la casa -comenta Ivana encogiéndose de hombros, con la boca llena de arroz y camarones. Reflexiono acerca de si estar en Pompeya salvando el planeta de bombas pétreas es incompatible o no con el hecho de estar en casa pero no llego a ninguna conclusión. Ivana Banana está vestida únicamente con una camiseta y resulta que se trata de mi camiseta que dice "Salven a las burbujas". -¿De dónde sacaste esa camiseta? -pregunto cada vez más ofuscado. La novia de mi hermano me observa con cara de nada y se lleva otro bocado de arroz a los labios con su tenedor de plástico transparente. Intento imaginar de qué color se pondría el tenedor si entrara en contacto con chau fan envenenado. Conteniendo mi indignación me sumerjo en la imagen del paraíso terreno que, como todos los paraísos, seguramente oculta algo...